domingo, 9 de noviembre de 2008
SALIDA PEDAGÓGICA
ÉSTE VIERNES 14 SALDREMOS A LA GRANJA EDUCATIVA DE LONQUÉN, NO OLVIDEN EL BLOQUEDOR, LA GORRITA Y LOS BLOQUEADORES. BESOS: MISS BEA
lunes, 14 de julio de 2008
CELEBRACIÓN DE FIN DE SEMESTRE
FELICES VACACIONES
DISFRUTEN SUS VACACIONES QUERIDOS PEQUEÑOS Y A RECARGAR ENERGÍAS PARA NUESTRO ÚLTIMO SEMESTRE JUNTOS.
LES INVITO A CONOCER EL DISCO ANÍMATE EN http://www.canal13.cl/animate/, PODRÁN DISFRUTAR DE LAS CANCIONES.
miércoles, 18 de junio de 2008
lunes, 9 de junio de 2008
martes, 27 de mayo de 2008
TEMAS DE INTERÉS
Dificultades en el habla:
http://www.padresok.com
Alejandra, de once años, habla a la perfección. En el pasado quedaron las burlas de sus compañeros de primero básico a quienes les causaba extrañeza la forma en que pronunciaba las erres y las eses.Su problema no se solucionó por arte de magia. Ella tuvo que visitar a un neurólogo y a un fonoaudiólogo, para terminar en su casa frente a un espejo repitiendo pacientemente una serie de ejercicios.Los problemas del habla y del lenguaje son muy frecuentes. Al año de vida los niños ya dicen algunas palabras, mientras que a los dos ya son capaces de formar frases, aunque a veces no pronuncien con claridad y alteran los sonidos. Pero más allá de lo simpático y divertido que esto puede ser, las dificultades en el lenguaje deben ser tratadas a tiempo por un fonoaudiólogo.El profesional determinará si el pequeño tiene problemas orgánicos que le impiden expresarse bien o simplemente se trata de una falta de estimulación. Dejar pasar el tiempo, puede ser perjudicial.
Así lo indica Mariangela Maggiolo, directora de la carrera de fonoaudiología de la Universidad de Chile, quien afirma que “a los dos años los niños son capaces de armar frases de al menos dos palabras, como “mamá tú” o “auto feo”. También pueden obedecer órdenes sencillas, saludar, decir su nombre e identificar acciones”.De lo contrario, dice, “existe la posibilidad de que el niño sea sordo, autista o tenga alguna deficiencia, y la falta de lenguaje sea un síntoma de esa dificultad. De ahí la importancia de consultar".Una vez descartadas esas patologías y cuando se determina que la tardanza en el habla o la mala pronunciación se deben a problemas de control lingual, poca estimulación auditiva o ejercitación, se debe iniciar un tratamiento, que en algunos casos puede ser bastante simple.
La típica dislalia
Algunos pequeños pueden comunicar sus ideas, pero les cuesta pronunciar bien, ya que tienen un problema de habla menos severo que un trastorno del lenguaje. Generalmente tienen dificultad con los sonidos, el ritmo y la velocidad de la expresión. La dislalia es el problema más frecuente y es el cambio de los sonidos de las letras. Las más comunes: “rr”, “r”, “s”, “d” y “l”. La fonoaudióloga señala que si un niño no tiene otras complicaciones, es adecuado realizar el tratamiento a más tardar a los cuatro años. “Después de los cinco años un niño tiene que pronunciar todas las palabras bien y ya no vale eso de que es muy regalón y por eso no se le entiende lo que dice”, indica.En la consulta se hace una evaluación de las capacidades motrices orales, las habilidades auditivas y se determina si discrimina el sonido dislálico del sonido que sustituye. El tratamiento de la dislalia consiste en una terapia orientada a la reorganización y coordinación de los movimientos de la lengua, además de una estimulación auditiva general y del sonido en el que el niño tiene dificultad. Y aunque los resultados dependerán de cada niño se estima que en dos meses, la dislalia se supera.
En todo caso, la especialista asegura que es fundamental la ayuda de la familia: "Los fonoaudiólogos damos las directrices, pero si no hay cooperación de la familia, el tratamiento es más lento e incluso puede no dar resultado”.Agrega que el niño debe ser tratado antes de comenzar el colegio, para evitar problemas con los profesores y compañeros.
Lo que no se debe hacer
A juicio de la fonoaudióloga, “la imitación es un factor importante en el desarrollo del lenguaje. Hay que considerar que en el niño el modelo es el adulto, y que si éste le habla mal, lo perjudica. Uno puede quererlos mucho, pero hablarles bien”.Entonces, para ayudarlos hay que tener en cuenta lo siguiente:- Los niños simplifican y acortan las palabras cuando están aprendiendo a hablar. Algunos padres estimulan a los pequeños diciéndole esas mismas palabras, pero lo correcto es repetirlas correctamente.- No es saludable que se le insista que pronuncie bien una palabra. Si lo presionan, se dañará su autoestima y evitará decir algunas palabras, al darse cuenta que lo retarán o se reirán de él. - Los padres deben repetir los ejercicios en casa y procurar que el niño se interese. Se trata de hacer que todo parezca un juego.- Es aconsejable preguntar al especialista para qué sirve cada uno de los ejercicios. Practicarlos así tiene más sentido.
Alejandra, de once años, habla a la perfección. En el pasado quedaron las burlas de sus compañeros de primero básico a quienes les causaba extrañeza la forma en que pronunciaba las erres y las eses.Su problema no se solucionó por arte de magia. Ella tuvo que visitar a un neurólogo y a un fonoaudiólogo, para terminar en su casa frente a un espejo repitiendo pacientemente una serie de ejercicios.Los problemas del habla y del lenguaje son muy frecuentes. Al año de vida los niños ya dicen algunas palabras, mientras que a los dos ya son capaces de formar frases, aunque a veces no pronuncien con claridad y alteran los sonidos. Pero más allá de lo simpático y divertido que esto puede ser, las dificultades en el lenguaje deben ser tratadas a tiempo por un fonoaudiólogo.El profesional determinará si el pequeño tiene problemas orgánicos que le impiden expresarse bien o simplemente se trata de una falta de estimulación. Dejar pasar el tiempo, puede ser perjudicial.
Así lo indica Mariangela Maggiolo, directora de la carrera de fonoaudiología de la Universidad de Chile, quien afirma que “a los dos años los niños son capaces de armar frases de al menos dos palabras, como “mamá tú” o “auto feo”. También pueden obedecer órdenes sencillas, saludar, decir su nombre e identificar acciones”.De lo contrario, dice, “existe la posibilidad de que el niño sea sordo, autista o tenga alguna deficiencia, y la falta de lenguaje sea un síntoma de esa dificultad. De ahí la importancia de consultar".Una vez descartadas esas patologías y cuando se determina que la tardanza en el habla o la mala pronunciación se deben a problemas de control lingual, poca estimulación auditiva o ejercitación, se debe iniciar un tratamiento, que en algunos casos puede ser bastante simple.
La típica dislalia
Algunos pequeños pueden comunicar sus ideas, pero les cuesta pronunciar bien, ya que tienen un problema de habla menos severo que un trastorno del lenguaje. Generalmente tienen dificultad con los sonidos, el ritmo y la velocidad de la expresión. La dislalia es el problema más frecuente y es el cambio de los sonidos de las letras. Las más comunes: “rr”, “r”, “s”, “d” y “l”. La fonoaudióloga señala que si un niño no tiene otras complicaciones, es adecuado realizar el tratamiento a más tardar a los cuatro años. “Después de los cinco años un niño tiene que pronunciar todas las palabras bien y ya no vale eso de que es muy regalón y por eso no se le entiende lo que dice”, indica.En la consulta se hace una evaluación de las capacidades motrices orales, las habilidades auditivas y se determina si discrimina el sonido dislálico del sonido que sustituye. El tratamiento de la dislalia consiste en una terapia orientada a la reorganización y coordinación de los movimientos de la lengua, además de una estimulación auditiva general y del sonido en el que el niño tiene dificultad. Y aunque los resultados dependerán de cada niño se estima que en dos meses, la dislalia se supera.
En todo caso, la especialista asegura que es fundamental la ayuda de la familia: "Los fonoaudiólogos damos las directrices, pero si no hay cooperación de la familia, el tratamiento es más lento e incluso puede no dar resultado”.Agrega que el niño debe ser tratado antes de comenzar el colegio, para evitar problemas con los profesores y compañeros.
Lo que no se debe hacer
A juicio de la fonoaudióloga, “la imitación es un factor importante en el desarrollo del lenguaje. Hay que considerar que en el niño el modelo es el adulto, y que si éste le habla mal, lo perjudica. Uno puede quererlos mucho, pero hablarles bien”.Entonces, para ayudarlos hay que tener en cuenta lo siguiente:- Los niños simplifican y acortan las palabras cuando están aprendiendo a hablar. Algunos padres estimulan a los pequeños diciéndole esas mismas palabras, pero lo correcto es repetirlas correctamente.- No es saludable que se le insista que pronuncie bien una palabra. Si lo presionan, se dañará su autoestima y evitará decir algunas palabras, al darse cuenta que lo retarán o se reirán de él. - Los padres deben repetir los ejercicios en casa y procurar que el niño se interese. Se trata de hacer que todo parezca un juego.- Es aconsejable preguntar al especialista para qué sirve cada uno de los ejercicios. Practicarlos así tiene más sentido.
lunes, 28 de abril de 2008
SÍNTESIS FOTOGRÁFICA DE NUESTRA PRIMERA SALIDA PEDAGÓGICA 2008
lunes, 21 de abril de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)